jueves, 23 de julio de 2009

Por casualidad

Que fortuna haber encontrado un estero en el infierno, todo mi cuerpo esta irremediablemente en llamas, pero el agua cristalina no pertenece a este lugar ni a ningún otro, esa es la naturaleza del agua, ser de todas y ninguna parte, sincera es su opinión de mí, en la que me cuenta que estoy destruido, caigo de pena mientras el estero ríe diciendo que este no es momento de llorar que ya lo he hecho y fue bueno y me exclama: ¡ahora por que yo te lo digo ríe ya que tu carga , tu peso, tu cuerpo se ha vencido, ven a mi y te lavare pero aun mas imperativo, te refrescare. Dudo, ya que el estero todo lo dice y lo hace riendo, al igual como las cosas se hacen en el infierno, pero en esto me doy cuenta de que si, estoy en el mismísimo averno y ya no importa ninguna de mis decisiones y elecciones. Decido lanzarme, justo en el momento del impulso irreversible aparecen otros dos quemados a decirme que no, que me cuide, pero ellos para mi ya son seres sin dignidad ni siquiera ya existen para mi, el estero corre por mi y me muestra lo que soy y lo que estoy a punto de dejar de ser, soy mutable devengo en cualquier cosa nada tiene mas importancia que mi cambio que me aleja de los inertes, esos que son como yo era intentan tomarme por el brazo, pero ya soy intangible para ellos solo me ven, no saben que hacer y solo sonríen y yo me río con ellos, pero ni siquiera se dan cuenta que se burlan, sigo riendo al contrario de las ahogadas carcajadas de los otros mi risa se mantiene, sigo riendo, mi risa es real y viva, ellos siguen con sus carcajadas pero son solo carcajadas muertas que fueron pérfidas pero ya no son nada. Mi risa es de verdad, la mas verdadera que todo el infierno haya oído jamás, se burlan con mas fuerza, pero ya es tarde mi risa es imperecedera. Salto tres segundos en el aire y veo lo que el estero me muestra, un cuerpo fuera de mi cuerpo que ya no siente nada y comprendo que esa es la fuente de mi risa la nada, no lo había notado una eternidad me separa ya de aquel infierno y aun no toco el agua, mi risa es llanto que crea lagrimas sonrientes y saltarinas que se clavan en el negro y brillante estero, ¡por fin! La primera yema de mis dedos toca el agua y desaparece, le sigue todo el cuerpo que ya no es cuerpo es solo algo que desaparece por completo

¿Qué paso?, desapareció en el magma, yo intente detenerlo pero no es mi culpa el salto, lo raro era que no tenia miedo….

miércoles, 22 de julio de 2009

El juego de la virtud

Toda virtud, toda buena intención, toda buena obra y toda fidelidad a ideas propias, se encuentran en la más grande de las pudriciones, desde su nervio, desde su principio más recóndito, ya que todas estas maravillosas cualidades, no son mas la alevosía del yo, debido a que siempre ha actuado desde las sombras, pero no por eso en total impunidad. A pesar de que grandes han sido los pensamientos derrochados en la defensa de éste como filósofos que olvidan ser filósofos para convertirse en abogados del yo, del individuo, en donde la universalidad, lo colectivo, las generalidades son los mayores antagonistas de esta historia de no acabar.

Pero no son solo las bellas cualidades las manchadas por esta sombra individual del ser, todo mal actuar y todo antónimo de lo bien, lo bueno, también se encuentra corroído, gangrenoso. ¿Qué es lo que hace el yo para corromper todo?, en realidad no es todo, en realidad no a todo lo que corrompe, esta es solo una enfermedad y además crónica del hombre, que lamentablemente no es ya un animal.

En un mundo en que lo que uno “es” se convierte en la única forma de vivir todas estas noblezas e innoblezas del hombre no son mas que juguetes en los que su cuerda es la palabra, y no es mas que una palabra la que nos ha conducido a la odiosidad de lo que el mundo es hoy, donde todo carece de sentido y la única forma es inventárselos, a uno y a los demás, todo el mundo conspira inconcientemente y el entorno exige de forma conciente que el individuo tenga un sentido para que pueda decir quien es, por lo contrario es un paria del ser.

La eterna palabra “yo”, ojala jamás hubiese sido un yo, o por lo menos existir en una realidad en la que el yo solo fuera para uno y no para los demás quienes son los que le dan su valor al yo al ser, haciéndolo prostituto. Cada cosa que elijamos como individuos que somos es por el yo, y en esto es donde el yo no es mas que la palabra mas vacía y carente de todo, pero a la vez mas requerida por la universalidad de los individuos, “vanidad”, no es mas que vanidad, furiosa vanidad por ser, por mas individual que se sienta el yo, actúa a través de lo que mueve al ser humano mas disminuido y carente de individualidad, hasta al hombre mas conciente de su ser, en el momento en que se llaman “yo” caen al vacío universo de la vanidad.

Aquí es donde toda actividad humana deja de tener hasta el mas mínimo sentido, ya que nada se realiza fuera de este universo banal, por esto el inconmensurable sin sentido de hoy donde todos reconocen esto pero todos se tapan los ojos para darle importancia a las estupideces mas increíbles presenciadles por televisión, que no es mas que el reflejo de lo que somos hoy en día, todo es un invento para que digan “algo de mi”, “piensen algo de mi” y “hagan algo de o por mi” . Simplemente no podemos salir de esto por mas nobles o crápulas que seamos el yo nos arrastrara a la vanidad que creamos y pertenecemos, siempre seremos algo y la vanidad es la que nos lleva a ser.

En el momento en que dejamos atrás las vestiduras animales y al tener conciencia de nosotros mismos y de uno mismo, terminamos de hacer cosas por nosotros y para uno y comenzamos a actuar para el yo, la imagen que tenemos nosotros de nosotros mismos y las imágenes de los demás, se acabo el individuo que es para el interior y se hace por que se debe hacer. En cambio el yo es para fuera, ya que “yo soy” necesita mostrarse, reflejarse para ser, en cambio el uno animal no necesita de nada solo de el, simplemente es.

Cualquier día

Que agradable caminar de noche después de un día de mierda, más de lo común, me siento algo así como protegido y escondido por los árboles que bloquean la luz artificial, y me puedo sentir como si no existiera, ¡ah! Que consoladora sensación, si es así como se siente estar muerto, quiero morir ahora ya, ¿pero como?, ahí en esa micro que se acerca a gran velocidad, no lo creo, siento que al arrojarme al abrazo de las ruedas no haré mas que destruir la bendita micro, llena de buenas intenciones, ya que no podrá ni con mi pena ni con mi felicidad, solo veré el desastre detrás mío desde el suelo para luego pararme, sacudirme el agravio y sintiendo que no hice mas que sumar bosta a un día que no da mas.

Solo me queda el feliz momento en que las llaves de la puerta principal de la casa en que hoy vivo se rehúsan a hacer su trabajo, creo que no desean que entre, ya que conocen mi pensamiento de creer que algo me pasara, ¡ja! Que elegante forma de engañarse , “creer que algo va a pasar”, pobre… luego de un minuto ceden, por supuesto lo primero que sucede al entrar a mi habitación es el despertar de la luz para luego dar paso al hablar sin sentido de la televisión.

Me hecho en la cama con hastío por el desagradable momento que me espera, preparar algo que comer, lo engullo sin emoción alguna observando la televisión, sigo gastando el tiempo con el pensamiento de “que seria de mi…”

Solo eso nada mas, puedo amanecerme con ese pensamiento, de hecho es lo que frecuentemente hago. Cumplo con el ritual de acostarme y se me atraviesa un numero por la mente, que mas tarde entiendo, es un cuarenta, cuarenta años mas viviendo como cualquier ser humano, ojala valga la pena.